Cuatro Poemas de Tom Schulz
- alba.lateinamerika lesen
- 12 abr
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 13 abr
Traducción del alemán por Natalia Eduardo
Lágrimas de lobo
Derramadas, todas las lágrimas
ramillete de lágrimas de Philippe Jaccottet
lágrimas atestadas, flores
también adormidera, sueño
y tramadol
noche fuera de cautiverio
lágrimas de lobo, en el Droma
meseta cardiaca, muro de margas
ahora los ríos se escriben vacíos
y tú te paras en el repostadero
de lágrimas, algo tambaleante
quizá, lágrimas de lobo sobre
tus muy pocas piernas, que regamos
que aún circulan
Segunda elegía de Stendal
Envíame noches, por favor, envíame fines de semana
para que las lágrimas no tengan que tomar el tren de cercanías.
Envíame envíos antes de dormir,
cien gramos de ese brebaje de amor.
Ahora vivo sobre una colina en un mundo de
infusomates. Aquí está todo tan quieto que alcanzo
a escuchar el susurro de mis huesos. Sobre una rúa
de adoquines trastabillantes avanza, desapercibido,
el granillero. El carruaje carga las bolsas y
las mangueras castillo arriba. Por las noches bailamos
alrededor de los abedules. Envíame una postal, por favor,
de tus suaves rodillas. Envíame, por favor,
tu hora más negra, ahí, en su duración, quiero detenerme.
Envíame, por favor, una postal de un beso.
No existe el año 2046, con eso tienes que hacer las paces.
No existe la órbita, solo existe el ascensor.
El almacén de camas. Los pisos del uno al cinco.
Envíame, por favor, un soplo de tus labios.
Para que las lágrimas no viajen en segunda clase.
Para que la puerta no se cierre de golpe ante ellas.
Bendición de ceniza
I
Marzo es la piedra más blanda
no la levantes, deja pasar toda la hierba.
Queremos hacer una caminata hacia el albergue
detrás de la cuesta
Piedra partida, una a la otra, sobre el agua
piedra saltarina.
II
Si llegara un escuadrón nocturno de seres ajenos,
¿Nos rociaría angelicalmente una bendición de ceniza?
Vulnerables nos encontramos frente al corazón de los amigos.
III
Me convertiré, cuando esté muerto,
en la rosa canina sobre tu tumba.
Voy a cruzar la calle con la linterna.
Una vez más, voy a girar el puntero del sol
hacia la luna.
IV
Nunca te despidas de un animal,
pues solo te conoce en el espacio
y no en el tiempo.
Detrás del umbral
eres una mezcolanza de sombras y olor.
En el ojo del duelo volverás a ver.
El animal reposa encadenado frente al portón.
Cuando el polentaxi se detenga
Cuando el polentaxi se detenga, súbete, por favor.
Siempre quise estar a tu lado,
no importa si es Milano o cualquier quebrada.
Simplemente quise estar a tu lado.
Observar cómo tu pelo reposa, cómo cae.
Cómo llevas las cosas dentro de un armonio.
A veces las cosas son ligeras y están sin empaque.
Se componen de sí mismas. Se vacían en un relleno.
De una fuente de agua brota un manantial.
Lindas serían las cosas como el cáñamo o una mano
besada, tan cerca a su latido. Sean gotas y gotas de sudor.
Tú sabes tanto más que yo.
Tú sabes tanto más que yo, si no estuviese
el sentimiento de la fresa prematura. La sensación
por lo podado, lo abatido.
Por la fresa prematura. A través de muchas manos estoy creciendo.
Mis propias fosas nasales siempre se me han hecho ajenas.
He encontrado todo, la salida, en el recinto al aire libre.
Como una fruta por pelar he sido empujado por muchas manos.
Y entre cada correntada entre tú y yo, las líneas saturadas
se disuelven. ¿Hacia dónde y desde dónde transitamos?
¿Hacia dónde y desde dónde? En flujo, el agua no parece
algo dirigido. Escribir desde un punto donde nadie
ha estado, donde te ramificas hacia lo múltiple.
La multiplicación de un roce exiliado. Mayoría
de amor, de amapola, de una máquina antiarranque.
Eso, eso que vemos doble, existe dos veces más.
La multiplicación de amor, en la tensión
del anhelo, debajo del empeine. En la hendidura, la garganta.
Un pequeño escondite, aquí cerca.
Aquí cerca, al igual que los médicos,
quiero convertir el repollo rojo en azul, y rallarlo.
¡Así como ustedes, quiero golpear los regalices!
No quiero cambiar el rumbo, cuando, como suele suceder,
son los ojos los que rozan la colina más blanda.
Eso que llevamos dentro constituye el fundamento.
Fundamento para ser un pez que se siga respirando. Esta sería
la historia de los nacimientos, de lugares distantes. Cada quien sería
pelado de una corteza que se ingiere a sí misma.
Desde la distancia, ven y acércate al baile de las certezas.
Cada roce despierta algo. El palacio aún se encuentra
en la oscuridad de palmeras, sueños y estrellas falsificadas.
Coleccionar las pequeñas cosas en la oscuridad y moldearlas
en forma de cojín. La señal, el rastro, la piel.
Devoción, tres veces al día, besos y espinaca baby.
Niñosingobernables, niños barbudos recolectan bebé
acelga bebé. Manzanas manchúes rebozan y desbordan.
Desvía el tráfico, muéstrales la señal.
Señala la señal y establece un anclaje de aire.
Cuando todos se entreguen una hoja con venas
y líneas de vida, algo tomará forma y atributo.
Nos amamos mutuamente, quizá en espacio o en tiempo.
Una hoja con venas. Medio de contraste, mercancía a granel desde
la cámara de bombeo. Nos amamos mutuamente en la idea del espaciotiempo.
Tú sabes tanto más que yo, las cosas son ligeras.
La parte sin pulir de algo es ella misma. Lo áspero,
la ternura del tacón, el gánglio.
La blancura de una nube, tantísimo más. Tú deseabas
un chocolate — Milagro de Milán. Nos sostenemos.
La nube, la blancura que somos, sobre la escalinata de Ticinese.
Para Maria Borio.

Tom Schulz nació en la Alta Lusacia (Sajonia) y creció en Berlín Este. Vive en Berlín como escritor independiente, editor y profesor de escritura creativa. Ha recibido numerosos premios y becas por sus poemas, entre ellos el Premio Alfred Gruber, la Beca Alfred Döblin y la Beca del Senado de Berlín de Literatura. Además de numerosos poemarios, Tom también ha publicado reportajes literarios y relatos de viajes. Sus últimas publicaciones son Die Erde hebt uns auf y Briefe aus der Roten Wüste / lettere dal deserto rosso. Gedichte / Poesie. Poemas epistolares con Maria Borio. Foto: Daniel Hengst
Comments