Cuatro poemas de Ron Winkler
Después de todos estos días, todavía no sé decir/lo grande que tiene que ser un poema para esto./Lo bárbaro, lo inhumano, lo perverso, lo
Amanece
En Berlín nunca oscurece del todo. A lo largo del horizonte queda un resplandor celeste, como si una ciudad lejana se estuviera incendiando.